Para la supervivencia de nuestro mundo, el agua es un elemento crucial

Para la supervivencia de nuestro planeta y de las especies que sustenta, el agua es un recurso crucial. El agua cubre aproximadamente el 71% de la superficie de la Tierra. Sólo el 3.5% del agua mundial, que se encuentra en ríos y lagos, es apta para el uso humano. 

Los lagos y las vías fluviales se ven afectados por niveles preocupantes de contaminación, sobre todo en las zonas metropolitanas, que se ha visto muy agravada por la urbanización. Para evitar graves problemas de salud, el agua recogida de estas fuentes principales debe purificarse antes de su consumo.

Debido a la contaminación y al desarrollo demográfico, cada año aumenta exponencialmente la demanda de agua potable. Esto convierte el suministro de agua potable y de riego en un problema mundial, junto con su creciente escasez. Más de mil millones de personas carecen de acceso a agua pura, y 2,300 millones (41% de la población mundial) residen en zonas con grave escasez de agua.

Cerca del 96.5% del agua de la Tierra se encuentra en los mares, donde debe ser tratada porque no es apta para la ingestión humana. La ósmosis inversa es el método más popular para desalinizar el agua salada. El agua se utiliza en operaciones industriales como la fabricación, la refrigeración y la calefacción, siendo las industrias del petróleo y el gas, la electricidad y la minería las que más la utilizan.

El agua es un elemento crucial desde todos estos ángulos. Pero para que su uso sea rentable, el agua debe ser tratada con diversos productos químicos para detener los procesos de corrosión e incrustación que provocan la degradación de los sistemas de suministro, garantizar el suministro de agua de alta calidad, prevenir problemas de salud pública y proteger la vegetación. 

Por ello, el uso de tratamientos químicos del agua es crucial para defender no sólo la salud de las personas, sino también para preservar y facilitar el funcionamiento de las industrias que utilizan agua. Los tratamientos son sencillos de utilizar y, desde el punto de vista económico, resultan muy baratos en comparación con los costos asociados a la rehabilitación de los sistemas de fabricación y transporte.